El botánico danés Johansen introdujo en 1911 los términos genotipo y fenotipo para indicar respectivamente, la constitución genética del individuo que se transmite invariablemente de generación en generación según unas reglas precisas (que en el ultimo ejemplo se ha simbolizado con RR, RB y BB), y también la manifestación externa de estos caracteres, menudo influida por las condiciones del medio ambiente, y por tanto, no necesariamente heredables. La distinción entre genotipo y fenotipo es de fundamental importancia ya que este ultimo representa, a partir del primer instante de la vida de un individuo, la expresión concreta de la influencia que el medio ambiente ejerce sobre los genes. Los ejemplos son muy numerosos: los conejos pertenecientes a una especie típica del Himalaya poseen un pelaje completamente blanco al ser mantenidos a una temperatura superior a 35°C, en cambio, a temperaturas inferiores presentan las patas, la cola, las orejas y el hocico de color negro.
También en el caso del hombre, la estatura, que en general esta determinada por factores génicos (a menudo, los hijos altos proceden de padres altos y los hijos bajosde padres bajos) viene posteriormente influida por la presión de factores externos como la alimentación, la exposición a la luz solar, las enfermedades, etc. Existen numerosos hechos que demuestran la veracidad de esta afirmación: se ha comprobado, por ejemplo, que la estatura media de las ultimas generaciones ha aumentado en los países en los que se ha erradica
do el hambre y es manifiestamente superior a la de generaciones correspondientes a los años de la Segunda Guerra Mundial o inmediatamente anteriores. También es interesante señalar que actualmente, en los países europeos, la máxima altura se alcanza hacia los diecinueve años mientras que hace medio siglo tenía lugar hacia los veintinueve años.
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