viernes, 14 de marzo de 2025

¿CÓMO SE AUTORREPRODUCE EL ADN?

La molécula de ADN, además de ser la depositaria del mensaje genético, se demuestra capaz de llevar a cabo otros dos procesos de importancia fundamental para la vida: por un lado, la capacidad de formar continuamente copias idénticas durante la interfase que precede a cada nueva mitosis; por otro, la de dirigir hasta en los menores detalles la formación de todas las moléculas proteicas útiles a la estructura o al funcionamiento de la célula a la que pertenecen.

Para comprender adecuadamente la primera de estas funciones, conviene recordar que la molécula de ADN ha sido imaginada como si estuviera formada por dos cadenas arrolladas sucesivamente sobre sí mismas en una especie de hélice: el modelo se corresponde a una especie de escalera de caracol en la que los peldaños están formados por las moléculas de bases unidas a pares en combinaciones constantes (la timina con la adenina y la citosina con la guanina), y unidas entre sí por puentes de hidrógeno.

Durante la interfase se piensa que los puentes de hidrógeno que mantienen la doble hélice se abren, como sucede en un cierre de cremallera, de tal manera que aparecen desacopladas la extremidad timina/adenina y la extremidad guanina/citosina.

En el citoplasma, a modo de materiales de reserva, existen una cantidad considerable de nucleótidos que parten, al abrirse la hélice de ADN, acudirán a cubrir la posición conveniente, formando en breve tiempo un nuevo filamento de idénticas características que el inicial.



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