Los tejidos presentes en los distintos tipos animales pueden clasificarse en cuatro categorías fundamentales:
1) Tejidos de revestimiento o epitelios, con las células dispuestas muy próximas las unas de las otras a fin de formar una cubierta continua con misión básicamente protectora del organismo frente a las condiciones externas. Los distintos tejidos de revestimiento pueden dar origen a diversas estructuras especializadas características de determinados grupos de animales, como ocurre con las escamas de los Peces, el involucro rígido de los Insectos y Crustáceos, las escamas de los Reptiles, las plumas de las Aves y los pelos de los Mamíferos. Forman también parte de esta categoría los tejidos epiteliales constituyentes de diversos tipos de glándulas presentes en la naturaleza.
2)Tejidos conjuntivos. Se trata de formaciones a base de células dispuestas a bastante distancia las unas de las otras, en general revestidas por un epitelio, y cuya misión es la de colmatar los espacios dispuestos entre los distintos órganos o formar su armazón, unir distintos órganos entre sí, servir de sostén al cuerpo ofreciendo a la vez las propiedades de elasticidad y resistencia: citemos los tejidos conjuntivos de sostén (los cartílagos y los huesos).
3)Tejidos musculares, capaces de contracción, y por tanto responsables del movimiento de parte del organismo o de su totalidad.
4)Tejidos nerviosos. Los elementos que forman parte del tejido nervioso están destinados a la percepción de los estímulos procedentes del medio externo y a proporcionar una respuesta adecuada a los mismos. El tejido nervioso permite al organismo desarrollarse siempre en las condiciones más óptimas.
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