Esta relación es conocida como parasitismo, ya que el parásito se
beneficia mientras el huésped puede verse perjudicado en su salud, energía o funciones vitales.
Existen diferentes tipos de parásitos, como los ectoparásitos (pulgas, piojos y garrapatas), que viven en la superficie del cuerpo, y los endoparásitos (lombrices intestinales, protozoos), que habitan en el interior del organismo.
Los parásitos pueden afectar tanto a animales como a plantas y seres humanos, y en muchos casos son responsables de enfermedades que requieren tratamiento médico o control preventivo.
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