Este sistema de autorregulación permite que el cuerpo funcione de manera óptima, controlando variables como la temperatura, el pH, los niveles de agua y sales, y la concentración de nutrientes y desechos.
Los mecanismos homeostáticos incluyen respuestas automáticas y ajustes fisiológicos que implican órganos, sistemas y señales químicas.
Por ejemplo, el cuerpo humano mantiene una temperatura constante de alrededor de 37°C a través de procesos como la sudoración y la vasoconstricción.
La homeostasis es esencial para la salud y el funcionamiento adecuado de las células, los tejidos y los órganos, ya que cualquier desviación significativa de estos valores ideales puede afectar negativamente el organismo.
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