A través de la respiración celular, las plantas consumen oxígeno y liberan dióxido de carbono, al igual que los animales, pero a una tasa mucho más baja, ya que gran parte del dióxido de carbono producido se utiliza en la fotosíntesis.
Este proceso ocurre principalmente en las mitocondrias de las células vegetales, y es esencial para el crecimiento, la reproducción y el mantenimiento de la planta, ya que proporciona la energía necesaria para llevar a cabo funciones como el transporte de agua y nutrientes, la formación de nuevas células y la producción de compuestos vitales.
Aunque la fotosíntesis se realiza principalmente durante el día, la respiración en las plantas ocurre tanto de día como de noche.
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