La membrana celular separa a la célula del ambiente externo, controlando simultáneamente el paso de materiales en ambos sentidos ( de fuera adentro y viceversa); en ocasiones actúa también como receptor para la célula de sensaciones o estímulos producidos externamente, asegurándole al mismo tiempo una cierta resistencia: en efecto, al ser flexible y muy delgada, gracias a su elasticidad, está en condiciones de hacer frente a las deformaciones producida por una fuerza externa.
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