Se dividen en vitaminas y minerales, y aunque no proporcionan energía directamente, so
n fundamentales para procesos como la producción de enzimas, el fortalecimiento del sistema inmunológico, la formación de huesos y la protección contra enfermedades.
Las vitaminas, como la A, C, D, E, K y las del complejo B, participan en funciones como la visión, la cicatrización y el metabolismo energético. Por su parte, los minerales, como el hierro, calcio, zinc y magnesio, son cruciales para la formación de glóbulos rojos, la salud ósea y la transmisión nerviosa.
Una dieta variada y equilibrada garantiza la adecuada ingesta de estos micronutrientes, cuya deficiencia puede provocar trastornos graves en la salud.
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