Se clasifican con tres tipos distintos según el color: leucoplastos, cromoplastos y cloroplastos; están Presentes en todas las células vegetales capaces de realizar la función fotosintética y se caracterizan por poseer o bienes materiales de reserva (especialmente almidón, como en los leucoplastos incoloros) o bien sustancias coloreadas, es decir pigmentos, que en los cromoplastos pueden ser amarillos, rojos o violáceos y exclusivamente verdes en los cloroplastos.
El cloroplasto es con mucho el plástido de mayor importancia, ya que representa el órgano específico de la fotosíntesis y contiene las clorofilas y los restantes pigmentos que hacen posible la absorción de la energía luminosa y su transformación sucesiva en energía química necesaria para la combinación del agua y del anhídrido carbónico hasta formar glúcidos.El número, las dimensiones y la forma de los cloroplastos son sumamente variables entre las distintas especies: pueden ser acintados, estrellados, laminares, elípticos, etc. Al microscopio electrónico revelan una estructura típica: al igual que las mitocondrias, están formados por dos membranas en cuyo interior se dispone un material gelatinoso (el estroma) cuya composición química es distinta de la del citoplasma celular.
En el interior del estroma (en el que abundan las enzimas, las vitaminas y el ADN) están dispuestos numerosos sistemas de membranas, denominados lamelas, situadas en pares paralelos para formar una especie de sáculos discoidales, los tilacoides, que a su vez pueden sobreponerse unos a otros como montoncitos de monedas, hasta formar minúsculos grana visualizables incluso a través del microscopio óptico. Las moléculas de clorofila, juntamente con otras sustancias que participan en el proceso fotosintético, se fijan a las lamelas de los granos.
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