Están formadas por distintas partes, como los pétalos, sépalos, estambres (órganos masculinos) y carpelos o pistilos (órganos femeninos), cada una con funciones específicas.
Suelen presentar colores, formas y aromas variados que atraen a polinizadores como insectos, aves o el viento, facilitando así la fecundación.
Además de su función biológica, las flores tienen un gran valor cultural, ornamental y comercial en todo el mundo.
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