Tiene una gran capacidad para retener agua y nutrientes, pero su drenaje es lento y puede volverse pesado y difícil de trabajar cuando está mojado.
En épocas secas, tiende a endurecerse y agrietarse. A pesar de estos desafíos, es un suelo fértil que, con un buen manejo, puede ser muy productivo para la agricultura.
Es común en regiones templadas y se beneficia de la incorporación de materia orgánica para mejorar su estructura y aireación.
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