Su tipo y distribución dependen de factores como el clima, el suelo, la altitud y la disponibilidad de agua. Esta vegetación cumple un papel fundamental en el equilibrio ecológico, ya que protege el suelo de la erosión, regula el ciclo del agua, sirve de refugio y alimento para muchas especies y contribuye a la purificación del aire.
Ejemplos de vegetación natural incluyen selvas, bosques, sabanas, praderas y desiertos, cada uno con especies adaptadas a sus condiciones específicas.
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