Todos los organismos unicelulares y varios tipos celulares que forman parte de estructuras mas complejas propias de los animales y delas plantas pluricelulares (en particular las células que nadan en las corrientes de los líquidos orgánicos) se caracterizan por la capacidad de moverse desplazando su cuerpo de un punto a otro de su espacio vital. En el caso de la ameba, al carece de órganos especializados, se mueve gracias a un fenómeno de desplazamiento del citoplasma a lo largo de las superficies sobre las que vive. Comienza por emitir en un punto cualquiera de su cuerpo un pseudopodo, al que poco a poco, transfiere todo su contenido citoplasmático. El pseudopodo, al ser grueso, permite una mayor adherencia al material que se utiliza como sustrato y atrae todo el resto del cuerpo hacia el punto de apoyo. Las experiencia realizadas con amebas mantenidas en laboratorio hacen pensar que probablemente la dirección del movimiento viene determinada por las condiciones locales del agua; en efecto un aumento o disminución del nivel acido del liquido circundante favorece o inhibe (acelerándolo o bloqueándolo) el movimiento de la ameba. La presencia de una pequeña partícula de alimento o bien una pequeña burbuja de oxigeno, tienen el efecto de atraer a la ameba en esa dirección.
Todas las células desnudas y carentes de una membrana rígida pueden desplazarse utilizando este mismo mecanismo. Así lo hacen los denominados Mixomicetes (organismos que en determinado caracteres recuerdan a los protozoos y en otros son parecidos a los hongos heterótrofos de organización más simple), numerosas células embrionales que durante el desarrollo deben desplazarse hacia las zonas en las que se completa su misión y también las células migradoras típicas de la sangre y de los tejidos conjuntivos de muchos organismos superiores que en general utilizan esta movilidad para alcanzar, en un tiempo relativamente breve, zonas del organismo en las que se requiera su extraordinaria presencia y su pronta intervención en la lucha contra la invasión de corpúsculos extraños al organismo, frecuentemente a causa de trastornos o enfermedades incluso graves.Dentro de los protozoos existen asimismo otros tipos de movimientos celulares, que a diferencia del movimiento ameboideo descrito, requiere la intervención de órganos específicos. Se trata en general de los movimientos ciliares y de los flagelares. En el segundo de los casos, el orgánulo responsable es el flagelo, las células provistas de flagelo pertenecen normalmente al grupo de los protozoos flagelados, pero disponen también de flagelos numerosas bacterias y también los espermatozoides, aparte de células integradas en organismos complejos como las esponjas y órganos excretores.
Los movimientos flagelares se realizan según tres modalidades diversas que dependen del numero de flagelos presentes, de la forma del cuerpo celular y de la densidad del liquido ambiental. En los tres casos se habla de movimiento en hélice, movimiento en látigo y movimiento en batido.
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