Los pescadores extraen cuidadosamente las ostras del mar, ya sea buceando o mediante redes, y luego las abren para buscar perlas en su interior.
En la pesca tradicional, las perlas son raras y valiosas porque se forman de manera espontánea como defensa del molusco ante un irritante.
En la acuicultura moderna, se inserta un núcleo para estimular la formación de perlas cultivadas, que luego son cosechadas, clasificadas y comercializadas. Esta actividad requiere habilidad y respeto por el medio ambiente para garantizar la sostenibilidad.
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