Habitan en diversos ambientes costeros, desde zonas rocosas hasta praderas submarinas, y se alimentan principalmente de algas, aunque algunas especies también consumen materia orgánica en descomposición. Su esqueleto interno, conocido como "caparazón" o "coraza", está formado por placas calcáreas y puede presentar colores variados según la especie.
Los erizos de mar juegan un papel clave en el equilibrio ecológico de los ecosistemas marinos, especialmente como controladores del crecimiento de algas, y algunas especies son muy apreciadas en la gastronomía por sus gónadas comestibles.
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