Tienen un cuerpo blando protegido por dos valvas calcáreas, que se abren y cierran, y su simetría es bilateral en su forma interna, a diferencia de los bivalvos que tienen simetría bilateral externa.
Los braquiópodos se caracterizan por un lóbulo peduncular que utilizan para fijarse al sustrato, y su alimentación se basa en la filtración de partículas del agua, gracias a un lóforo (una estructura ciliada en forma de corona).
Aunque en la actualidad existen solo unas pocas especies, los braquiópodos fueron muy abundantes en los mares de la era Paleozoica, y se consideran fósiles vivos debido a su antigua línea evolutiva.
Se reproducen sexualmente y son un componente importante de algunos ecosistemas marinos.
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