Este proceso es fundamental para el desarrollo de los tejidos y órganos durante el crecimiento y la formación de un ser vivo.
A medida que las células se diferencian, adquieren características morfológicas y funcionales particulares, como las células musculares, nerviosas o epiteliales.
La diferenciación está regulada por factores genéticos y ambientales y es crucial para la formación de los sistemas biológicos que permiten la vida y el funcionamiento adecuado del organismo.
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